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El Arzobispo de Corrientes visitó el Superior Tribunal de Justicia de la Provincia, donde fue recibido por el titular del cuerpo, doctor Luis Eduardo Rey Vázquez y los ministros doctores Alejandro Alberto Chaín y Fernando Augusto. Mantuvieron una charla privada y luego impartió la bendición a todo el personal de la institución. Durante el encuentro, desarrollado en un clima de cordialidad y respeto institucional, monseñor José Adolfo Larregain compartió un momento de diálogo con los integrantes del STJ y posteriormente impartió una bendición en el patio interno del edificio judicial, en la que participaron magistrados, funcionarios y empleados del Poder Judicial. Monseñor Larregai agradeció a los ministros la invitación porque es insoslayable el trabajo en conjunto para lograr una sociedad más igual. “Es muy importante para mi hacer hoy una bendición aquí ya que trabajar en la justicia significa vivir muchas vidas, ya que detrás de cada expediente hay una historia”, sostuvo. Compartimos las palabras de monseñor Larregain pronunciadas durante la bendición que impartió en el STJ: "La justicia es fundamental para la paz. Con un sistema de justicia equitativo y administrado en los momentos y de modos adecuados, la paz es posible de alcanzar, mantener y sostener. Una justicia eficiente, transparente, accesible, rápida en tiempo yforma que evite dilaciones innecesarias, es garantía para la construcción artesanal de la paz. Su importancia se puede ver desde diversos aspectos: Prevención del conflicto: un sistema judicial justo y asequible disuade la violencia y el enfrentamiento al garantizar la resolución de las disputas de manera pacífica y legal. Cuando hay confianza en que se resuelven los problemas, las personas confían en que sus derechos serán protegidos y es previsible que haya menos probabilidades de recurrir a la violencia. Resolución de conflictos: cuando surgen los entredichos y tensiones un sistema judicial eficaz proporciona mecanismos para resolver los mismos de manera justa y pacífica. Los procesos judiciales justos permiten a las partes expresar sus quejas, presentar pruebas y recibir una resolución imparcial. Reconciliación: La justicia juega un papel crucial cuando el sistema judicial se centra en la reparación de daños y la justicia restaurativa puede ayudar a las partes a sanar y reconstruir sus relaciones. Se va tejiendo un tramado armónico que va sanando vínculos, historias, etc. Fortalecimiento de la confianza: La confianza en las instituciones del Estado incluyendo el sistema judicial, es esencial para la paz social. Cuando las personas confían en que el sistema judicial es justo, imparcial y funciona bien, es más probable que respeten la ley y contribuyan a la estabilidad social. Protección de derechos: Un sistema judicial justo protege los derechos humanos de todas las personas, incluyendo el derecho a la vida, la libertad, la seguridad, etc. Qué importante es no perder de vista nunca la humanidad de la justicia, que cada día se pueda humanizar más. La protección de estos derechos es esencial para la paz. Sabemos que necesitamos esfuerzos para mejorar en muchos y variados aspectos incluyendo capacitaciones de los operadores de justicia (jueces-fiscales, abogados), de recursos humanos incluyendo la gestión de la carga de trabajo, mejoras en la tecnología, optimización administrativa, en la transparencia de información, procesos, etc. Mucho se ha hecho y también queda por hacer y recorrer. Es un esfuerzo en conjunto que involucra a todos los actores del sistema judicial, a los responsables políticos y a la sociedad en general. Es un proceso continuo que demanda adaptación, mejoras e inversión de recursos humanos y económicos. Aún resuenan en la memoria las primeras palabras del Papa León XIV, dirigidas a todas las personas de buena voluntad: “¡La paz esté con ustedes! Esta es la paz de Cristo Resucitado, una paz desarmada y una paz desarmante, humilde y perseverante. Proviene de Dios, Dios que nos ama a todos incondicionalmente. Recemos juntos al Buen Dios por la paz para nuestro Pueblo argentino y para el mundo, y pidamos esta gracia especial por intercesión de María, nuestra Madre, la Reina de la Paz".