PRENSA > NOTICIAS

Monseñor Larregain escribió una reflexión sobre “la hermana agua” en Revista Chamamé

En este año se conmemora el VIII Centenario de la composición del Cántico de las criaturas, ese himno de alabanza y acción de gracias a Dios que todos conocemos y que fue escrito por Francisco de Asís, en la primavera del año 1225 en el monasterio de San Damián. Inspirado por ese bello texto, monseñor José Adolfo Larregain tuvo una participación en la Revista Chamamé, editada anualmente por la Fundación Chamamé, referida al agua dulce y a la importancia de su cuidado y preservación.

“Loado seas mi Señor por la hermana agua” es el título del texto que, a modo de reflexión, monseñor Larregain comparte desde la mirada franciscana en la que hace hincapié en la toma de conciencia sobre el uso responsable, el no desperdicio, la sobreexplotación, contaminación, etc., de este recurso valioso. Señala la bendición que significa para esta parte del país, y en si para la humanidad, los reservorios de agua dulce, como el magnífico Acuífero Guaraní.

Monseñor Larregain fui invitado de manera especial a participar en la edición de este año de la Revista Chamamé. Esta publicación se lleva adelante desde hace 18 años, es un verdadero tesoro cultural que ha logrado convertirse en material de referencia para escuelas, programas dedicados al chamamé, y como fuente de información turística, histórica y culinaria. En sus páginas se reflejan las tradiciones más profundas de la región, incluyendo leyendas, biografías de grandes maestros de la música regional y letras de canciones que conectan generaciones.

En su constante evolución, la revista se ha adaptado a las nuevas tecnologías: desde hace algunos años, incorpora códigos QR que permiten a los lectores disfrutar de contenidos interactivos como audios, sonidos y videos a través de sus teléfonos móviles.

Vale destacar que, desde su edición número 10, la Revista Chamamé fue declarada revista oficial de la Fiesta Nacional del Chamamé, consolidando su papel fundamental en la promoción y difusión de esta tradición cultural.

 

Compartimos el texto escrito por monseñor Larregaín para la edición de este año de Revista Chamamé:

 

“Loado seas mi Señor por la hermana agua”

 

Celebramos el octavo centenario del “Cántico de las creaturas” compuesto por San Francisco de Asís en el año 1225. En dicho texto espiritual el santo alaba a Dios por todo lo creado, desde lo más alto y luminoso hasta lo más pequeño, menciona desde “el sol, la luna y las estrellas”(1)  hasta los “diversos frutos con coloridas flores y hierbas”(2).

En nuestra región del noreste argentino (NEA) tenemos mucho en común por agradecer y cuidar: la fe, la música, la lengua guaraní, tradiciones, costumbres, etc. Un elemento natural muy importante –en palabras de San Francisco- es nuestra “hermana agua la cual es muy útil y humilde y preciosa y casta”(3).  El Acuífero Guaraní baña, riega, fecunda, irriga y fertiliza, siendo uno de los más importantes y grandes reservorios del mundo.

El agua dulce es un recurso vital para la humanidad, la flora y la fauna. Es esencial para el consumo humano, la agricultura, la industria y la biodiversidad. El agua dulce es presencia silenciosa y alegre en nuestra tierra. El sonido del agua que fluye en la inmensidad y grandiosidad de nuestros ríos es un canto natural que acompaña nuestro peregrinar recordando la presencia misma de Jesús (4).  El suave sonido de las gotas de lluvia cayendo sobre la tierra es otro sonido que nos conecta con la palabra (5).  El murmullo de una fuente o cascada nos invita a la paz y a la serenidad.

Debemos ser conscientes del uso responsable de la hermana agua, evitando el desperdicio, la sobreexplotación, la contaminación, introducción de especies invasoras, pérdida de hábitat, etc. ¡Perdón Hermana Agua! La protección de los ríos, lagunas, arroyos y acuíferos es fundamental para garantizar la calidad del agua dulce- el reciclaje y la reutilización del agua son prácticas esenciales de sostenibilidad.

El agua es un regalo precioso y esencial para la vida. La humildad, la preciosidad y pureza del agua son realidades que reflejan la belleza y la importancia de la naturaleza que es manifestación de la grandeza y sabiduría de Dios.

Finalizamos haciendo nuestro un hermoso y bello canto de alabanza (6):

 

“El agua

tan simple que es,

sólo quiere estar limpia

para poder beber”.

                                       Fray José Adolfo Larregain ofm

 

[1] SAN FRANCISCO DE ASÍS,  Cántico de las creaturas, 3-5-

[1] Ibid., 9.

[1] Ibid., 7.

[1] Juan 4, 10-11.

[1] Isaías 55, 10-11.

[1] CELDO BRAGA, Agua doce. (Traducida del portugués).

 

 

NOTA: A la derecha de la página, el texto de la reflexión en PDF