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REFUGIO SAN JUAN PABLO SEGUNDO

Tu solidaridad alimenta, abriga y contiene al hermano

El refugio San Juan Pablo Segundo, funciona en el predio de la parroquia “Nuestra Señora de Itatí” (Teniente Ibáñez y Salta), desde hace casi diez años. Abrió sus puertas para dar albergue a personas en situación de calle durante los meses de inviernos, y hoy, da cobijo a familiares de personas internadas en los hospitales públicos o pacientes oncológicos, que provienen de localidades del interior provincial y que no tienen recursos para costearse la estadía en la ciudad. Se sostiene, con el aporte generoso y solidario de muchas personas.

Unas cien personas pasan por el refugio al mes, entre pacientes y familiares; es decir, que por año son asistidas más de 1500 personas. Allí, tienen una cama para poder descansar durante las horas que no están en el hospital acompañando a su enfermo, ropa de abrigo si la necesitasen, baño para poder higienizarse, y también desayuno, almuerzo y merienda, que se brinda en el comedor de Cáritas que funciona la parroquia.

Por el refugio, pasan enfermos oncológicos que hacen su tratamiento en el Hospital Vidal, la mayoría se está haciendo quimioterapia, también a papás y mamás jóvenes con sus bebes internados en el área de neonatología. La mayoría, son personas del interior que no tienen donde estar, y que llegan allí por recomendación de los médicos que conocen el trabajo que se hace en la parroquia. Este año, por la pandemia, tuvieron también alojados a personas de otras provincias que debieron someterse a cirugías en el Instituto de Cardiología.

Toda esta obra, se sostiene con la oración y el aporte generoso de muchas personas. Pero, siempre hacen falta recursos para asistir a estos hermanos. Por ello, desde el refugio, el párroco de Nuestra Señora de Itatí, Roberto Pini, pide a la comunidad gestos de solidaridad. Se necesitan siempre, elementos de tocador, jabones, peines, dentífricos, cepillos de dientes, peines; además de comestibles, artículos no perecederos; y ropas, calzados, usados pero limpios y en buen estado, frazadas, abrigos, entre otras cosas. Y fundamentalmente, azúcar, yerba y leche.

Quienes deseen colaborar, personas o grupos, empresas o comercios, pueden acercare sus donaciones a la sede parroquial.



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