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Los diáconos, guardianes del servicio en la Iglesia

Este mes, el Santo padre nos invita a rezar por los diáconos, “los guardianes del servicio en la Iglesia” y de un renovado apostolado en el mundo de hoy, para que “sean un signo vivificante para toda la Iglesia”.

El ministerio eclesiástico, que es el ministerio de los hombres dedicados al servicio de Dios, comprende tres grados del sacramento del orden: los obispos, los sacerdotes y los diáconos. “Los diáconos participan de una manera especial en la misión y la gracia de Cristo. El sacramento del orden los marca con un sello (“carácter”) que nadie puede hacer desaparecer y que los configura con Cristo que se hizo "diácono", es decir, el servidor de todos”. Son ministros ordenados y signo, en el corazón de la Iglesia, de Cristo Servidor. De hecho, la palabra griega diakonía significa servicio, y este es el espíritu que los define en su función: asisten mediante el servicio de la palabra, el servicio de la liturgia y el servicio por los más pobres y desfavorecidos. En palabras del Papa: “Están dedicados al servicio de los pobres que llevan en sí mismos el rostro de Cristo sufriente”.
 
No todos saben que los sacerdotes fueron ordenados diáconos en vista al servicio de la comunidad, y aún menos se sabe que los diáconos permanentes, que viven también según el carisma y vocación de servicio a los demás, están casados y viven “su vocación en familia y con la familia”. Hoy son más de 46 mil en el mundo.



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