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CONCLUYE LA ASAMBLEA SINODAL SOBRE LA BIBLIA

Los obispos cierran el Sínodo con un poético mensaje sobre la Palabra de Dios

En el Mensaje final, los prelados definieron a la Biblia como “el gran código de la cultura universal”. Pidieron que se enseñe en las escuelas, en los hogares y a través de los medios de comunicación modernos. Detallado resumen del texto conclusivo

Durante la vigésimo primera Congregación General celebrada este viernes, los padres sinodales votaron a favor del Mensaje final del Sínodo de los Obispos sobre la Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia, en el que, con un lenguaje inusualmente evocador y poético, resaltan la centralidad de la Palabra de Dios en la vida del cristiano.

La Biblia es el "gran código de la cultura universal", cada familia cristiana debe tener una en su casa y leerla y ha de enseñarse en las escuelas, también en las públicas, ya que es necesaria para encontrar la identidad histórica, civil, humana y espiritual del hombre, según el Sínodo de Obispos.

Estas afirmaciones se incluyen en el Mensaje final a los fieles de la XII Asamblea del Sínodo de Obispos, que fue aprobado el viernes por los 253 prelados que desde el 5 de octubre están reunidos en el Vaticano para tratar sobre 'La Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia', que concluye el domingo.

Además del Mensaje, los prelados también aprobarán las propuestas con las que el Papa preparará la 'Exhortación Apostólica', el documento con el que oficialmente se cierra un Sínodo y que se hace público varios meses después de la reunión.

LOS CUATRO PUNTOS CENTRALES DEL MENSAJE FINAL
El Mensaje final de los obispos está dividido en cuatro partes: la Voz de la palabra: la revelación; el Rostro de la Palabra: Jesucristo; la Casa de la Palabra, la Iglesia, y los Caminos de la Palabra, la misión.

"Los puntos cardinales del horizonte que queremos invitar a conocer al Pueblo de Dios y que expresaremos por medio de imágenes, son cuatro: La Voz divina, el Rostro, la Casa y el Camino", dice el mensaje, que utilizó un estilo inusualmente sugestivo y figurativo.

La Voz divina
"La Voz divina resuena en los orígenes de la creación", dice el texto, "dando origen a las maravillas del universo. Es una Voz que penetra después en la historia, herida por el pecado humano y atormentada por el dolor y por la muerte". "Es una Voz que desciende después a las páginas de las Sagradas Escrituras que ahora leemos en la Iglesia con la guía del Espíritu Santo".

Los padres sinodales señalaron que las Sagradas Escrituras son el 'testimonio' en forma escrita de la Palabra divina, "el memorial canónico, histórico y literario que atestigua el evento de la Revelación creadora y salvadora".

"Por tanto, la Palabra de Dios precede y excede la Biblia, si bien está inspirada por Dios y contiene la palabra divina", recordaron los obispos, quienes indicaron que la Biblia se expresa en diferentes idiomas, por lo que exige un análisis histórico y literario que se lleva a cabo a través de la exégesis bíblica.

Según los obispos, cada lector de las Sagradas Escrituras, "incluso el más sencillo", debe saber que la Palabra tiene que ser "adaptada para ser audible y comprensible a la humanidad" y que, si se excluye esa "adaptación", se puede caer en el fundamentalismo.

'Es ese fundamentalismo que prácticamente niega la encarnación de la Palabra divina en la historia, no reconoce que esa palabra se expresa en la Biblia según un lenguaje humano, que tiene que ser descifrado, estudiado y comprendido', precisaron los obispos.

El rostro
"El Rostro: Es Jesucristo, que es Hijo de Dios, eterno e infinito, pero también hombre mortal, ligado a una época histórica, a un pueblo y a una tierra".

"Es Él quien desvela el 'sentido pleno' y unitario de las Sagradas Escrituras, de modo que el cristianismo es una religión cuyo centro es una persona, Jesucristo, revelador del Padre. Él nos hace entender que también las Escrituras son 'carne', es decir palabras humanas que hay que comprender y estudiar en su modo de expresarse, pero que custodian la luz de la verdad divina que solo con el Espíritu Santo podemos vivir y contemplar".

La casa
El tercer punto cardinal es "la Casa de la palabra divina, es decir la Iglesia", que "se asienta en cuatro columnas ideales: La enseñanza, es decir leer y comprender la Biblia en el anuncio efectuado a todos... la fracción del pan, o sea la Eucaristía, fuente y culminación de la vida y de la misión de la Iglesia", ya que "los fieles están invitados a nutrirse en la liturgia en la mesa de la Palabra de Dios y del Cuerpo de Cristo"; las oraciones... "la Lectio divina, la lectura orante de las Sagradas Escrituras capaces de llevar, en la meditación, en la oración, en la contemplación, al encuentro con Cristo, palabra de Dios vivo; la comunión fraternal, porque para ser verdaderos cristianos no basta ser 'los que escuchan la palabra de Dios', sino también 'los que la cumplen'".

Sobre la Casa de la Palabra, los obispos señalaron que la Iglesia es la encargada de predicar la Palabra y de ahí la importancia de la homilía, "que debe tener un lenguaje nítido, incisivo y sustancial".

El camino
La última imagen del mapa espiritual es "el camino por el que se dirige la palabra de Dios". Respecto a los Caminos de la Palabra, la misión, los obispos manifestaron que la Biblia está llena de llamadas a "no callar", a "gritar con fuerza", a "anunciar" la Palabra de Dios.
"La palabra
de Dios –dicen los padres sinodales– debe rodar por los caminos del mundo que hoy son también los de la comunicación informática, televisiva y virtual. La Biblia debe entrar en las familias, en las escuelas y en los ambientes culturales".

Además de impresa, la Palabra divina también debe resonar a través de la radio, Internet, la televisión, la prensa y todos los otros canales de comunicación de hoy día ("los cd, los dvd los ipods"), agrega el Mensaje.
Pero no son los únicos, el principal camino es la familia. Tras recordar que la Palabra de Dios se transmite de padres a hijos, los obispos animaron a cada familia a tener una Biblia en casa y a leerla todos juntos.

También sugirieron que se enseñe en la escuela -tanto las católicas como las que no lo son- y otros centros educativos, precisando que la Biblia "es el gran código de la cultura universal", sin la que no se puede entender Occidente, Europa.

"Su riqueza simbólica, poética y narrativa hace de ella un baluarte de belleza tanto para la fe como para la cultura, en un mundo a menudo destrozado por la fealdad y la maldad", agrega el mensaje final.

Los obispos señalaron que los artistas han bebido de ella para sus pinturas y los músicos han tejido sus armonías alrededor de los textos sagrados, al igual que los escritores, los poetas, los pensadores, los escultores, arquitectos y científicos.

"Goethe estaba convencido de que el Evangelio era la lengua materna de Europa", subraya el Mensaje, que destaca que la Biblia no es necesaria sólo para el creyente, sino para todos, para encontrar nuevamente "nuestra identidad histórica, civil, humana y espiritual".

CONCLUSIONES DEL MENSAJE FINAL
"La Biblia también nos presenta el hálito de dolor que sube de la tierra, sale al encuentro de los oprimidos y del lamento de los infelices. Tiene como cumbre la Cruz donde Cristo, solo y abandonado vive la tragedia del sufrimiento más atroz y de la muerte. Precisamente por esa presencia del Hijo de Dios, la oscuridad del mal y de la muerte se ilumina con la luz pascual y la esperanza de la gloria".

El Mensaje resalta las relaciones con el pueblo judío, "al que estamos íntimamente unidos" a través del Antiguo Testamento, y con otras religiones, "comenzando con el islamismo, que en su tradición acoge innumerables figuras y temas bíblicos".

Finalmente, dirigiéndose a los fieles del mundo, los padres sinodales dicen: "os confiamos a Dios y a la palabra de su gracia. Con la misma expresión de San Pablo en su discurso de adiós a los jefes de la Iglesia de Éfeso, también nosotros, los padres sinodales, confiamos a los fieles de las comunidades esparcidas por toda la faz de la tierra a la palabra divina, que es juicio pero sobre todo gracia".

Fuente: ACI, RD y EFE

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