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El Arzobispo recibió a trabajadores de Agricultura Familiar


El Arzobispo de Corrientes recibió a trabajadores correntinos de la Secretaría de Agricultura Familiar, algunos de ellos recientemente despedidos, quienes mantuvieron con él un extenso diálogo para interiorizarlo de la situación general de este sector y en particular, de los despidos que afectaron a más de 20 técnicos de esa repartición, en general con más de 10 años de antigüedad de servicio.
Manifestaron a Mons Stanovnik que esta visita era muy importante para ellos, técnicos, y para los productores, en la línea del apoyo de la Iglesia expresado a través de la declaración de la Comisión Nacional de Justicia y Paz del Episcopado, declaración que para el sector significa una protección simbólica de la Iglesia.

Agregaron que buscaban hacer visible el trabajo de los técnicos, el cual consiste en brindar a organizaciones y a pequeños productores asistencia técnica en lo productivo, organizativo y comercial desde una visión integral y comunitaria, buscando el desarrollo integral de las personas; trabajo que es muy laborioso porque llevó años para que los productores aceptaran y entendieran las propuestas y para que, a su vez, los técnicos los entendieran a ellos, a su cultura, a sus costumbres. Por eso hoy, que les “saquen” los técnicos a los agricultores es permitir que se sientan y queden, efectivamente, desprotegidos, tal como ellos mismos lo manifestaran en diversas oportunidades.

Señalaron además, que la situación de crisis que se plantea ante estos despidos, a los cuales se suma la quita del monitributo social a los productores (monotributo que les permitía facturar evitando al intermedario y asegurarse una jubilación), afecta no solamente a las familias agrícolas sino también influye directamente en la producción de alimentos.

La Agricultura Familiar, afirmaron, es un sector estratégico y protagónico. Por eso es fundamental organizarse y hacer visible el aporte importante en cuanto al trabajo de la tierra, la mano de obra, la producción de alimentos y el favorecer el arraigo para que todo ello sea posible. Por eso se hace necesario reafirmar esta importancia ante políticas nacionales que propician el desguace efectivo de Agricultura Familiar, que favorecen a los grandes monopolios en detrimento de los pequeños productores que realizan el importante aporte de alimentos sanos para los correntinos.

Pero la respuesta no es confrontar con el modelo agropecuario orientado hacia los sectores más concentrados, sino fortalecer, con perseverancia, el modelo de la agricultura familiar. Trabajar para que los pequeños productores comprendan y asuman que ellos son los protagonistas. Agricultura con agricultores: esa es la salida. Generar una masa crítica y organizada. Acompañar la transición de la “vuelta al campo”, enfatizaron.

Recordaron que pequeños productores en Buenos Aires estaban armando canastas accesibles, para comercializarlas y plantearon que esta puede ser una respuesta concreta al sistema, que podría instalarse como alternativa en Corrientes.
Expresaron como un desafío a responder y como una necesidad para que el trabajo sea efectivo, la articulación con la universidad argentina. Sin embargo, afirmaron que este “granito de arena” está creciendo en el ámbito académico y se manifiesta en particular en los nuevos egresados de la UNNE. Especialmente, la Rectora de esa casa de estudios, hizo mención de la importancia de los pequeños productores y propició la inserción de la Agroecología a nivel universitario, la cual abarca la producción de alimentos sanos y el cuidado de los bienes naturales.

El Arzobispo escuchó con mucho interés y receptividad todo lo manifestado y ratificó el apoyo y acompañamiento de la Iglesia local tanto a los trabajadores despedidos como a los agriculturores familiares, cuyo aporte subrayó como muy necesario para una vida sana. En ese sentido, añadió que el próximo Sínodo Panamazónico convocado para octubre de 2019 significa también un espaldarazo ´para ese sector pues abordará caminos hacia una ecología integral.

Retomando las expresiones de una de las presentes, que manifestó “jamás recordarse despotricando” ante las adversidades, Monseñor afirmó que esta actitud es de gran sabiduría, porque no reacciona a la violencia con violencia: es la propia del cristiano. El secreto está en tener capaidad de reistencia, buscar alternativas y no entrar en connivenca con este sistema neoliberal cuyo centro no es la persona. Hay que resistir, acompañar y proponer, aunque no hayan perspectivas de mejorar, por el momento.

En esta línea, ante el planteo de la propuesta de “canastas accesibles”, sugirió recurrir a empresarios sensibles que pudieran aportar insumos para colaborar en esta situación de emergencia alimentaria. Además sugirió que se contactaran con CARITAS y también con otros organismos de la Iglesia.

Señaló la importancia de saber articular, sentarse, consensuar, dialogar aún cuando surjan los desacuerdos: continuar sin romper el diálogo. Hacerlo con una “mente nueva”.

Finalmente, los alentó a continuar con las tareas que vienen realizando para reclamar lo que es justo y continuar buscando alternativas, y enfatizó que siempre el bien es más fuerte que el mal. Que es fundamental permanecer en esto.
Participaron en esta audiencia la ingeniera agrónoma Ladie Bartra, la ingeniera y operadora en Psicología Social Rita Meza; el ingeniero agrónomo y delegado gremial por ATE, Daniel Alejandro Abib y la coordinadora de la Comisión Arquidiocesana de Justicia y Paz.

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